lunes, 19 de diciembre de 2011

Historia

San Pablo, 1969.

En su pequeña tienda de la calle Oscar Freire, Luiz da Cunha Seabra, de sólo 27 años, comienza a vivir su sueño. Muy alejado del camino al que lo destinaban sus estudios de economía, se convierte en creador de productos de belleza.

Su única riqueza son unas pocas fórmulas cosméticas, una pasión sin límites por la belleza, las relaciones y los intercambios.

Para Luiz, la calidad de esta relación con el Otro es el pilar de toda su actividad. Él estableció de esta manera un contacto cotidiano, personalizado e íntimo con sus clientes. Los escucha, les ofrece toda su atención, les habla, se comunica... Y día a día, ve la importancia que tiene el diálogo en su manera de encarar la belleza. Existe un permanente esfuerzo por revelar una clase de belleza que, lejos de los estereotipos y de los dictados de la apariencia, mantiene la esencia misma del ser.


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